Hoy en día es común hablar de la toxicidad de las personas, se puede dar en una relación amorosa, con las amistades y en el trabajo… ¿Pero qué pasa cuando esa toxicidad está dentro del seno familiar?
Los padres tóxicos son personas que han sufrido grandes carencias emocionales en su infancia por lo que no han podido desarrollarse de una manera saludable. Son precisamente estas carencias afectivas las que les han llevado, para sobrevivir, a desarrollar ciertas conductas negativas que dirigen hacia sus hijos, las personas más vulnerables.
Ser padre y madre no sólo significa tener un hijo, sino que también tiene que ver con darles herramientas para enfrentar el mundo. Los padres tóxicos lejos de fomentar madurez y seguridad en sus hijos con los cuales puedan crecer sanamente, no hacen más que ponerles trabas físicas y emocionales.
Con estas acciones, la salud mental de los hijos se ve afectada seriamente, provocando problemas dentro del núcleo familiar y provocando un distanciamiento cuando lleguen a una edad adulta.