Con una buena salud mental cada persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva, tomar decisiones y en general tener un estabilidad emocional. Nos permite tener un equilibrio en nuestro entorno, así como trabajar con nuestros pensamientos, y manejar sentimientos de forma adecuada así como nuestras actitudes.
El estrés, ataques de pánico, ansiedad, depresión, entre otros, son cada vez más frecuentes en ocasiones por el rimo de vida que actualmente se lleva, por las relaciones y él entorno social-político, así como
preocupaciones económicas y muchísimos otros factores pueden provocar un desequilibrio químico en el cerebro provocando una enfermedad mental. Cuando se da el caso de que se empiece a desarrollar alguna enfermedad mental pocas veces se le da la importancia que merece, o ni siquiera se pone atención a los síntomas, ya que se los síntomas se pueden asociar a algún otro factor que esté sucediendo; no dar el tratamiento apropiado en ese momento puede llegar a crear serios problemas a las personas en su vida diaria.