Cuando nos sentimos mal, por algún tipo de dolor solemos acudir a un médico para que nos revise y nos diga que está sucediendo.
Lo mismo debería de suceder cuando el dolor es emocional, sin embargo, no le damos la importancia que requiere, creemos que con el tiempo dejará de dolernos o simplemente desaparecerá. Por lo general, nos acercamos a familiares y amigos para consultarlos y pedir consejos.
¿Pero qué hacemos cuando esto no es suficiente?
Cada uno de nosotros atravesamos por situaciones particulares y nuestras emociones reaccionan a ellas de diferente forma, quizá por un momento podamos sobrellevar la situación, pero llegará un momento en que nos rebasen estos sentimientos y no podamos controlarlos.
Para evitar llega a un estado de crisis es muy importante buscar ayuda profesional, solo una persona calificada nos puede ayudar a entender que es lo que está pasando y cómo podemos solucionarlo.