Cuando una persona tiene un TCA, empiezan ha haber muchos cambios en su vida, primeramente el aceptar que se tiene y posterior a eso su tratamiento para salir de el. Los TCA como en muchas otras enfermedades nos preocupamos por buscar la “cura” sin fijarnos en la prevención o detección temprana. Hay muchas señales que nos marcan que una persona puede estar enfilándose a sufrir de algún trastorno por las rutinas que lleva o que ya está activo/a pero a buen tiempo de tratamiento multidisciplinario.
Una vida sana nos alejará completamente de desarrollar algún trastorno; sin embargo ahí mismo debemos de tener cuidado ya que para mucha gente hacer una dieta es suficiente para verse bien o tener la figura que desean y no nos damos cuenta que esto puede ser el primer paso para caer en ellos.
Hay muchas “dietas milagro” que no dejan de ser un atajo y en efecto hacen que las personas que la hacen bajen de peso, pero a costa de arriesgar su cuerpo y sobretodo su salud física y emocional. “Las dietas” deben de ir acompañadas de un plan que esté monitoreado o realizado específicamente para nuestras necesidades por un profesional por lo que dejarían de ser DIETAS y serían un plan de alimentación para aprender a comer sanamente, nutrirnos, no tener miedo a los alimentos y tener una buena relación con comida -emociones.
Privarnos de cierto tipos de alimentos sin control no deja de ser el primer paso hacia un Trastorno de la Conducta Alimentaria. (Anorexia Restrictiva). Junto a estas restricciones hay síntomas específicos de los diferentes tipos de TCA.
Mantenernos sanos es una forma de vida y de aprender hábitos en casa.