TrastornosAlimentarios

Revisión del rol de la serotonina en los trastornos de la conducta alimentaria

La alimentación es una función que debe llevarse a cabo para cubrir nuestras necesidades biológicas para desarrollarnos y por ende para vivir. La regulación de la alimentación se realiza por el hipotálamo. El hipotálamo funciona en respuesta a estímulos diversos y al estado nutricional.

Muchos neurotransmisores y neuromoduladores están involucrados en la regulación cerebral de la alimentación, como lo es la Serotonina. La serotonina se produce a través de un proceso de conversión bioquímica que combina al triptófano, un componente de proteínas, con la triptófano hidroxilasa, un reactor químico. Juntos conforman la 5-hidroxitriptamina (5-HT), también conocida como la serotonina. La serotonina es más comúnmente conocida por ser un neurotransmisor, aunque algunos consideran que este producto químico es una hormona.

La serotonina se produce en el cerebro y los intestinos. La mayoría de la serotonina del cuerpo, (entre 80-90%) puede ser encontrada en el tracto gastrointestinal. Igualmente puede encontrarse en las plaquetas de la sangre y el sistema nervioso central.

Debido a que la serotonina se puede encontrar ampliamente en todo el cuerpo, se considera que este químico tiene influencia en una gran variedad de funciones corporales y psicológicas.

Diferentes estudio han encontrado vínculos entre la serotonina y el metabolismo óseo, la producción de leche materna, la regeneración hepática y la división celular.

Al ser un neurotransmisor, la serotonina influye directa e indirectamente en la mayoría de las células del cerebro y regular alteraciones psicoafectivas:

Se considera que la serotonina puede afectar:

  • Estado de ánimo y el comportamiento social
  • El apetito y la digestión
  • El sueño
  • La memoria
  • Control de la temperatura corporal
  • Actividad motora
  • Funciones perceptivas y cognitivas
  • Deseo y desempeño sexual.

Por su parte, la alimentación es uno de los procesos fisiológicos que más influye en los niveles de serotonina ya que su síntesis requiere como principal substrato al triptófano; un aminoácido esencial. Además, se ha demostrado que el consumo de hidratos de carbono favorece la absorción de triptófano a nivel cerebral al provocar la liberación de insulina, la cual disminuye los niveles de los aminoácidos (tirosina, fenilalanina, leucina, isoleucina y valina) que compiten con el triptófano por un acarreador para atravesar la barrera hematoencefálica. Este mecanismo se debe a que la insulina activa el flujo de los aminoácidos hacia los adipositos, acción por la que no pasa el triptófano. De esta manera, los niveles de triptófano permanecen intactos y puede ser acarreado al cerebro más fácilmente.

A su vez, la deficiencia de serotonina puede deberse, entre otras causas, a la deficiencia subclínica de vitamina B6 (cofactor para la síntesis de serotonina), y a la depleción del triptófano propiciada por un permanente estado de estrés. Al respecto, varios autores coinciden en que el consumo excesivo de alimentos ricos en hidratos de carbono (principalmente simples) de ciertas personas puede deberse, en buena medida, a su necesidad de aumentar los niveles de serotonina a fin de sentirse mejor. Este hábito puede propiciar el desarrollo de la obesidad, lo cual a su vez puede generar ansiedad por comer y generar mayor propensión a trastornos de la conducta alimentaria, como lo son el comer compulsivo y la bulimia; o viceversa, iniciar con conductas restrictivas y/o purgativas con la alimentación y derivar a deficiencias nutrimentales que limiten la producción de serotonina, por tal caso, la Anorexia puede conducir a serias deficiencias nutrimentales que a su vez generen bajos niveles de serotonina causando descontrol emocional aumentando el riesgo a la vida.

Por lo tanto, una alimentación correcta para preservar una salud intestinal y biológica en sí, en las adicciones y los trastornos de la conducta alimentaria puede inducir a graves repercusiones nutrimentales, que por un lado interfieren en el tratamiento psicológico y, por otro, ponen en peligro la vida del paciente. El control y la resolución de estas complicaciones han de ser resueltas por especialistas en el manejo de estas condiciones de salud. El asesoramiento nutricional especializado en esta área como complemento de otras modalidades terapéuticas es parte interdisciplinaria de un abordaje completo para reducir ciertas conductas relacionadas con los trastornos alimentarios, como lo es la restricción alimentaria, la falta de variedad de alimentos ingeridos, fomentar un peso saludable, una mejor relación lo con los alimentos y el cuerpo, entre otros, para estimula así el trabajo mental y emocional y por lo tanto disminuir riesgos.

Ursula Culebro
Nutrióloga
ursulaculebro@equinoluz.com

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