Una de las decisiones más difíciles cuando se tiene algún desorden alimenticio es aceptar que se tiene, pero quizá es más importante decidirse a entrar en rehabilitación.Son muchas las situaciones emocionales por las que se pasa y sin duda abrirse antes familiares y amigos para platicar de esta situación es muy delicado, sobre todo por el temor a ser juzgado y señalado. Pero es indispensable pedir ayuda. Los desórdenes alimenticios son una enfermedad seria que poco a poco van consumiendo al paciente; es una enfermedad mental, qué afecta áreas físicas, emocionales, familiares, profesionales, escolares, etc. Pero detener todo por preocuparnos por nuestra salud es una decisión muy valiente y acertada. Para estar bien con los demás, primero debemos estar bien con nosotros y al hacerlo, estamos dando un gran paso hacia la recuperación.