Tener un “cuerpo saludable” siempre ha sido el objetivo y muchas veces llegando a la exigencia o auto-exigencia, objetivos y metas para lograrlo de diferentes maneras; Esto sucede entre hombres y mujeres por igual y nos es importante tanto físicamente, emocional, social etc. sin embargo; no todos tenemos el mismo concepto de lo que es saludable en el amplio espectro de la palabra, para cada persona tiene un significado único que se asocia a su historia de vida principalmente de su núcleo familiar y su familia de origen. Influyen también mucho para este concepto la opinión de la gente, el “pertenecer” con lo que esto implique, las redes sociales hoy más que nunca y aunado al momento de vida por la cual estamos atravesando puede deberse también a través de amistades, cultura, evidentemente en principio cómo mencione las creencia de los familiares, hacen que la idea de ser o no ser saludable influye de diferentes formas para cada persona y que les afecte desde un significado emocional único en cada persona.
El buscar ese “cuerpo perfecto” y “comida sana y perfecta” ocasiona que cada día se inventen nuevas formas de conseguirlo, exceso de ejercicio, dietas, purgas, vómito, pastillas para adelgazar (muy peligrosas), uso de diuréticos, licuados… Buscar la vía rápida es en parte uno de los factores que desencadena los trastornos alimenticios.
Cuando ya se vive con algún TCA este tipo de situaciones son cada vez más riesgosas, el buscar algún tipo de “remedio” que ayude a limpiar puede hacer más difícil la recuperación, de hecho es una invitación directa a una recaída y tirar a la basura todo el trabajo que ya se ha realizado.
Es vital siempre seguir las indicaciones de los especialistas y entender que no hay una vía rápida a la recuperación, el trabajo día a día es el único que determinará que tan rápido se puede recuperar.
Lo fundamental es que se asocia estar saludable con baja de peso con cuerpos de esqueléticos, restricciones, ejercicio excesivo, etc.Se asocia el ser delgado con ser exitosos y felices. Mientras no se manejen las emociones, los sentimientos de vergüenza y culpa, con sentirse solos, vacíos, vínculos con los padres principalmente pero en general todos los vivimos poder hablar, confiar, tener seguridad, no evadir por miedo, etc., mayor será la probabilidad de desarrollar el Trastorno de la Alimentación.