Los adolescentes tienden a comenzar el abuso de alcohol cada vez a edades más tempranas. Los padres debemos ser los primeros en no negar el posible consumo de nuestros hijos. Una cosa es el probar por curiosidad, por pertenecer, por reto, etc y la otra es un consumo constante.
La mejor forma para evitar caer en el abuso o adicción es estar pendientes de nuestros hijos, una información clara, una comunicación afectiva, no satanizar el alcohol pero tener límites firmes al respecto, convivir en familia, tener actividades recreativas y deportivas.
Lo más importante la cercanía emocional con nuestros adolescentes y el amor firme.