Padecer un TCA es terriblemente doloroso para quien lo manifiesta, como para las personas que viven a su alrededor, es una enfermedad familiar. Provocado por una sociedad obsesionada con tener ”la figura perfecta” es uno de los pesos más grandes que una persona puede cargar, ya que, no sólo afecta la manera en que se percibe a sí misma, sino que es un asesino silencioso del cual es difícil escapar.
Evidentemente detrás de esta carga social-cultural hay muchas emociones mal manejadas y un vacío emocional y espiritual que lleva a buscar llenarlo dentro de este ámbito, en este caso con la presencia de “Modelos” a seguir los cuales a su vez están llevando estos vacíos a partir del síntoma. Estos modelos en la mayoría de los casos padecen de mucho dolor, soledad, angustia que llegan a través de su imagen y de cuantos likes reciben pero finalmente el vacío permanece para ellas y sus seguidoras. Aquí hay un problema que exacerba todo esto que son las redes sociales en este caso mucho instagram.
Para muchos jóvenes esta obsesión por la figura perfecta empieza cuando ven a sus actores y/o artistas favorit@s, el buscar ser como ell@s los orilla a hacer lo “necesario” con tal de lucir como ell@s, pero no se dan cuenta que los trastornos de la conducta alimentaria también están presente en los artistas y modelos. Muchos de ellos también exigen a sus cuerpos para tener más éxito, ya sea para tener más trabajo o seguidores.
El siguiente artículo es el testimonio de una actriz que comenzó a trabajar cuando ella era muy pequeña y desde entonces empezó a tener trastornos alimenticios, narra lo difícil que ha sido durante todos estos vivir con esa enfermedad, el papel de su familia para que este trastorno creciera y posteriormente ayudarla a salir de el.