Las bebida energizantes se han convertido entre los jóvenes en un sustituto del café, muchos de ellos los utilizan para permanecer despiertos ya sea para poder trabajar en proyectos escolares o para aguantar el ritmo del día.
El consumo excesivo de bebidas energéticas puede tener una gran variedad de efectos adversos, principalmente generados por su alto contenido de cafeína. Según estudios realizados en la Universidad Johns Hopkins, su ingesta desproporcionada ocasionaría cambios en el ritmo cardíaco, aumento de adrenalina, deshidratación, gastritis, daños y alteraciones en nervios y riñones, entre otros.
Sin embargo, su consumo ha ido creciendo y desde hace varios años se han combinado con bebidas alcohólicas, sin darse cuenta las personas que combinan estas bebidas se exponen a que su frecuencia cardiaca se acelere provocando ansiedad, náuseas y vómito.