Mi experiencia con caballos ha sido uno de los trabajos terapéuticos mas reveladores que he tenido. Primero que nada los caballos son para mi uno de mis animales favoritos. Su sensibilidad me ayudo a trabajar muchas emociones que en otro tipo de terapia era mas dificil, por que algunos sentimientos y situaciones familiares cuestan más trabajo aceptar, pero en el momento de estar frente al caballo, no puedes ocultarlo, por que el habla por ti, el exhibe desde lo mas profundo hasta lo mas superfluo.

A más de doce años de haber salido de una clínica de trastornos alimentarios, casada con un gran hombre y madre de una hermosa hija regrese a terapia equina y fue como meter acelerador, pude reconocer que sigo sintiendo enojo con mis hermanas, que me duele la realidad de mis papas, y que me frustra que no pueda ayudar más, pero también pude identificar que mi nueva familia esposo e hija me han dado una razón para despertar cada mañana y trabajar en mi para ser la mejor version de mi, que aunque parezca dificil de creer después de mi historia de vida, hoy soy una gran mujer, una mujer llena de bendiciones, con la fortuna de vivir más conciente y preparada.