Hay situaciones que van más allá de nuestra autoestima, como es no reconocernos nosotros mismo los éxitos que estamos teniendo, a esto se le llama “Síndrome del Impostor”, en este síndrome la persona se considera que no es merecedora de los éxitos que está teniendo, de hecho llega un comento en que se considera un fraude y cree que si las demás personas supieran lo mediocre cambiarían su visión de esta persona.
Una persona con Síndrome del Impostor llega a convertirse en alguien inseguro, que siempre está esperando el fracaso, su motivación comienza a decaer y emocionalmente siempre ve las cosas de forma negativa.
Por eso es importante que estemos en constante trabajo interno, consientes de lo que sentimos, de identificarlo y manejar nuestras emociones adecuadamente y por supuesto si es necesario pedir ayuda.