La temporada invernal suele ser una época para festejar y disfrutar con la familia y amigos; sin embargo, existen muchas personas que carecen de vínculos fuertes con sus familiares, que provienen de entornos caóticos y disfuncionales, y terminan aislados, solos o personas que aún estando con familia el recuerdo de situaciones difíciles, dolorosas, resentimientos, estar cerca de mucho alcohol y/o comida son disparadores. Este tipo de situaciones terminan afectando el estado emocional de muchas personas ya que no encuentran o viven la felicidad que tienen otras personas. Además, el tipo de clima, la falta de luz solar también es un factor que hace que la gente se sienta sola.
Los adultos mayores que viven solos, en situación de dependencia, abandono, con marcadas limitaciones funcionales como no poder caminar para exponerse al sol tienen más riesgo de padecer esta situación. Algunos de los síntomas que pueden presentar son cambios bruscos en el estado de ánimo como tristeza, irritabilidad, o exceso de sueño durante el día, deseo de ingerir alimentos dulces, alteración en la concentración, aumento o disminución de peso, pérdida de interés en las actividades usuales, ansiedad, falta de energía y aislamiento social.
Este tipo de trastorno llega a ser temporal, pero no quiere decir que no se requiera tratamientos, cada persona se ve afectada de diferente forma, por lo que es recomendable acudir a un médico para recibir el tratamiento adecuado.