Aunque para algunas personas consumir drogas es cosa de juego o una excusa para “relajarse” lo cierto es que el daño que se llegan a provocar es muy grande y en muchas ocasiones irreversible, principalmente en el cerebro.
Las drogas pueden alterar la manera de pensar, sentir y comportarse de las personas debido a que afectan la neurotransmisión, que es el proceso que usan las neuronas en el cerebro para comunicarse entre ellas. Muchos estudios científicos realizados por décadas han establecido que la dependencia y la adicción a las drogas son características de un trastorno cerebral orgánico causado por el efecto acumulativo de las drogas sobre la neurotransmisión.
Cuando una persona está en la fase inicial de la experimentación con las drogas, la neurotransmisión se normaliza a medida que desaparece la intoxicación y la droga abandona el cerebro. Sin embargo, con el tiempo, el consumo continuo de drogas produce cambios en la estructura y la función neuronal que causan anomalías de larga duración o permanentes en la neurotransmisión. Estas alteraciones son la causa básica de la tolerancia a las drogas (se necesitan dosis más altas de la droga para producir el mismo efecto), la abstinencia, la adicción y otras consecuencias sin dejar atrás toda la parte del mal manejo de las emociones, la comunicación y vínculos dañados entre otras.