La depresión, es uno de de la enfermedades psiquiátricas más difíciles que una persona puede pasar, ya que no siempre es diagnosticada a tiempo y puede llevar al paciente a situaciones de riesgo, cómo apatía, aislamiento, auto lesiones, pensamientos obsesivos de querer morir e intentos suicidas entre otros. Normalmente, aunque erróneamente se piensa que la depresión afecta principalmente a los jóvenes y a las mujeres; sin embargo, hay un grupo que la padece y la gente no voltea a verlo; que son los hombres y cada día aumenta la estadística.
Los hombres también son afectados por la depresión al igual que mujeres y jóvenes, pero son más reacios a hablar de sus emociones, preocupaciones, soledad, estés, presión, etc y les cuesta pedir ayuda, por no querer preocupar, miedo, sentirse juzgados, vulnerables , machismo, etc. Por lo general, para “salir” de esta situación se refugian en el alcohol y/o drogas sobre todo ansiolíticos y/o hipnóticos.
Uno de los grandes problemas de la sociedad, cultura y que en gran medida tiende que la depresión masculina no sea tan tomada en cuenta o no se tengan tantos registros es que el hombre no debe de mostrarse débil o hablar de sus sentimientos. Ahí es donde radica el principal problema, hablar de lo que cada persona está viviendo es indispensable para poder prevenir en primer lugar y posteriormente buscar una solución, en el caso de los hombres, están acostumbrados a pedir ayuda solo cuando se encuentran bajo mucha presión. Y la depresión es mal diagnosticada.
Cambiar las formas de comportarnos o de encasillar a las personas es primordial para tener una salud mental, encerrarse en los problemas solo va a traer más dolor y riesgos.
Cada día el incremento de depresión en hombres es mayor; un tema importante para reflexionar y dejar a un lado géneros y vernos como seres humanos.
